El año pasado, por recomendación de un locutor de la estación Horizonte 107.9, vi la primera temporada de la serie Tremé. La historia de este vecindario en el Barrio Francés de Nuevo Orleans a unos días de la devastación del Huracán Katrina. Esta serie nos muestra la compleja mezcla de culturas que hay en esta región y la mezcla que originó una rica tradición culinaria, religiosa y sobre todo musical, con diversos ritmos, entre ellos el jazz. Esta primera temporada me dejó con ganas de ver la segunda, pero también me despertó la curiosidad de ver otras series.
Ahora, luego de estar atrasado en este tema por varios años, son muchas las series que quiero ver: por supuesto, Los Sopranos, House of Cards, 24, The West Wing y Breaking Bad.
Hace algunas semanas, terminé de ver la primera temporada de Mad Men. La historia de varios personajes en una agencia de publicidad en los años 60´s. Me gustó. Ahora me entero que son ¡7 temporadas! .Lo que es cierto, es que estamos viviendo una época de oro en la televisión, sobre todo norteamericana, en términos de producciones de series de distintos géneros, temáticas, colores y sabores.
En México ha habido varios intentos en los últimos años como Capadocia y algunas otras series, varias de ellas producidas por Canal 11 como Bienes Raíces, XY, Soy tu Fan y más recientemente algunas que tocan el tema del narcotráfico.
Hace algunos días, se estrenó la primera serie producida en México para Netflix, Club de Cuervos, que reúne algunos elementos ya probados, aunque en otros géneros, como el director Gary Alazraki, el actor Luis Gerardo Méndez y el primer actor Daniel Giménez Cacho (eso sonó a créditos de telenovela), entre otros. Veremos qué tan atractiva resulta para el público mexicano y qué tanto negocio resulta para Netflix. Sin duda, plataformas digitales como ésta, pueden obtener información por demás útil de los consumidores, que les permitan aumentar la probabilidad de éxito en siguientes proyectos.
