domingo, 24 de febrero de 2019

RUMBO AL ÓSCAR- DATOS CURIOSOS, OPINIÓN Y COMENTARIOS PREVIO A LA CEREMONIA

CAMINO AL ÓSCAR - PREVIO A LA CEREMONIA 
DATOS CURIOSOS
- Está será la primera ocasión que no haya un conductor de la ceremonia, sino muchos entregando las estatuillas.
- Cuatro de las ocho películas nominadas, tocan de alguna manera el tema de la discriminación racial (Bohemian, Green Book, Blackkklansman, Roma).
- Seis de las cintas nominadas a Mejor Película, están basadas en personajes reales.
- Tres de las cinco nominadas a Mejor Película en Lengua Extranjera tocan el tema de la pobreza extrema y de la desigualdad social (Cafarnaum, Roma, Shoplifters).
Tres de las ocho películas nominadas a Mejor Pelicula tocan temas relacionados con la música.
- Los estudios que más nominaciones lograron son: 
Walt Disney Studios — 17
Participant Media — 17
Fox Searchlight — 15
Netflix — 15
- Este es el primer año que Netflix lleva una cinta a la categoría de Mejor Pelicula
- Tres de los nominados a Mejor Director no son estadounidenses (griego, polaco y mexicano).
- Cuarón podría ser el primer director en conseguir la estatuilla por fotografiar su propia película
- Si gana Cuarón el premio a Mejor Director, será el quinto en seis años para directores mexicanos e igualaría a Gonzalez Iñárritu con dos estatuillas en esta categoría.
- Roma puede ser la primera película hablada en español, que ganar Mejor Película.

OPINIÓN 
- Por el tema de cuotas tanto por cuestión de género, racial y por estudios cinematográficos, los premios de la Academia han perdido credibilidad en los últimos años, aunque la gran mayoría de las películas nominadas son realmente buenas. Este año la excepción es Black Panther.
- Aquí en orden los films nominados de la que más disfrute a la que menos: 
Vice 
Green Book
Blackkklansman
Roma 
The Favourite
A Star is Born
Bohemian Rhapsody
Black Panther 
- Las cinco cintas nominadas a Mejor Pelicula Extranjera son grandes trabajos que pudieron haber sido nominados, todos, a Mejor Película. 
- Me gustó más la fotografía de Cold War (Polonia) que la de Roma; ambas  en blanco y negro (ambas excelentes).
- Si Yalitzia Aparicio fue nominada a Mejor Actriz, el Niño de Cafarnaum debió serlo también y con muchos merecimientos para ganar 
- Contra los pronósticos, Roma terminó exhibiéndose en algunos complejos de Cinemex. Netflix y Cuarón ganaron la batalla; veremos cómo se reconforta ahora la industria de la exhibición ante el triunfo de la compañía de streaming.
- Roma me parece una muy buena película pero no una obra maestra, ni tampoco la mejor película mexicana de la historia.
- Bradley Cooper sorprendió en su primera película como director, aunque tiene algunos errores que afectaron en el producto final como en el tema de triunfos en la temporada de premios: la manera en que lleva el ritmo de la película, su sobreactuación y la falta de química de su personaje con el de Lady Gaga.
- Lady Gaga MUY bien en su primera aparición en papel protagónico, así como componiendo gran parte de los temas de la película, en dónde Shallow ganará el Óscar a Mejor Canción Original.
- La nominación y posiblemente el Óscar que se llevará Glen Close es más por su trayectoria que por el papel en The Wife (una película por demás mala).
- Christian Bale hace un trabajo espectacular en Vice, comparado con el de Marlén Brando en El Padrino. Si no gana el Óscar sería una injusticia.
- Rami Malek me parece forzado y sobreactuado; el hecho de que “se parezca” a Freddie Mercury no la convierte en una buena actuación.
- Dos de los directores cuyas películas están nominadas Adam McKay y Peter Farrelly, provienen de hacer cintas de comedia “burda”.
- El soundtrack que logra Nicholas Britell en If Beade Street Could Talk es EXTRAORDINARIO. Debería ganar el Óscar sin duda.
- La edición de Vice es una joya que debe ganar (Hank Corwin).
- Aunque pareciera que Blackkklansman está considerada por una cuestión de cuotas, la verdad es una gran película que empieza un tanto floja pero que termina de manera espectacular. El regreso de la leyenda Spike Lee en todo su esplendor. 
- First Man de Demian Chazelle no alcanzó algunas nominaciones que parecían seguras como Mejor Actriz de Reparto con la que protagoniza la serie The Crown. 
- Por supuesto que el peso de los estudios cinematográficos cuenta en las nominaciones y en los ganadores, no por nada, Disney, Participant Media (asociado con Spielberg), Fox Searchlight y Netflix, son los que llevan la mano. Black Panther estuvo nominada a Mejor Película por el cabildeo de Disney. 
- El trabajo de sonido en Roma es magnífico; debe ganar en Edición de Sonido por lo que aporta a la industria del cine. 

Veremos quienes son los ganadores. 
Qué viva el CINE.

Nos vemos en La Roma.

sábado, 23 de febrero de 2019

Roma o todos los caminos llevan al Amor

Va el review:
Roma 
*Spoiler alert*
Luego de una larga espera y de ver y rever el trailer con la música de Pink Floyd, vi la película el primer día que estuvo disponible en Netflix. Me pareció buena, pero me dejó un sabor de boca extraño, cómo que algo faltaba o sobraba, que no alcanzaba a entender. 
Lo primero que pensé, fue que ahora sí se acabaría la racha de películas y directores mexicanos ganando premios a diestra y siniestra (jamás imaginé lo que pasaría unas semanas después en la temporada de premios).

En esta primera vuelta, pude apreciar lo que mucha gente ya ha comentado:

La fotografía es efectivamente espectacular y es un personaje más en la película; la textura del blanco y negro es un acierto en todos los sentidos, pero el tratamiento, sobre todo del movimiento de la cámara en algunos planos secuencia tiene detalles que más adelante comentaré.

La ambientación, con detalles extremadamente bien cuidados que crean la atmósfera de principios de los años setentas, salta a la vista desde los primeros minutos del film y se vuelve otro personaje (de llamar la atención que muchas cosas siguen igual desde aquellos años a la fecha: el afilador sigue pasando, los vendedores ambulantes, el carro de la basura, etc.).

Las actuaciones de casi todo el elenco, principalmente del niño que interpreta al hijo pequeño de la familia con una naturalidad abrumadora y de Yalitzia Aparicio son realmente extraordinarias. Impresionante lo que Cuarón logró a cuadro con las miradas de Cleo, su tono de voz (que no es el suyo), la representación del cariño que le tiene a los niños, la angustia que transmite en la escena de la sala de partos. 

Un par de semanas más tarde, la vi nuevamente, ahora con audífonos; ENORME diferencia (aunque quisiera verla una tercera vez, ahora en el cine porque la mezcla de audio está hecha justamente para las salas). Como  mucha gente y expertos han dicho, la manera en que está trabajado el audio, es una de las aportaciones más importantes de esta película al cine en general; así como el Chivo Lubezki aportó una enormidad a la industria en términos cinematográficos con Gravity, Birdman y The Revenant, así Roma ahora con el tema del audio.
Roma es, además de un viaje hacia atrás en el tiempo, un viaje auditivo espectacular, no solo por los sonidos rescatados del pasado, sino por la manera en que van apareciendo a lo largo de la cinta, literalmente en distintos “lugares”; se va confirmando un fresco sonoro que envuelve, literalmente, al espectador.

En esta segunda ocasión pude observar (y escuchar) varios detalles y sorpresas que Cuarón colocó a lo largo de la cinta, así como algunos simbolismos que hicieron que mi opinión se moviera para dejar mi calificación en “muy buena”. 
Aquí algunos de los factores que provocaron ese upgrade, empezando por el palíndroma (palíndROMA) del título de la película, que hace alusión al AMOR que Cleo le tiene a la familia y supuestamente ellos a ella): 

- El agua. La primera escena, que para muchos es muy larga, deja ver la manera en que el agua “transforma” el patio que se está lavando, “limpiando y purificando” las “suciedades”, de la familia; se “juntan” el cielo y la tierra, a través del reflejo del avión en el charco de agua. 
Más adelante, el agua tendrá un papel fundamental en la escena de la playa, pero durante toda la película, el agua aparece en sus distintas estados: líquido, sólido y gaseoso y es parte importante en la trama.
- La película inicia y termina con un avión pasando por arriba de la cabeza de Cleo, pero en la escena inicial la cámara apunta al suelo y en la final, al cielo con Cleo “ascendiendo” a él.
- Cleo es la encargada de “limpiar” lo que la familia (y el perro) ensucia; de hecho, Cleo no consigue esto y es ella la causante de que el esposo abandone el hogar (cuando menos es lo que pone de pretexto en el diálogo que tienen marido y mujer en el cuarto, cuando él le dice que la casa es un desastre y que hasta las cacas tiene que estar pisando). “Te dije que limpiarás las pinches cacas”, dice la mamá, luego de que el marido se va en su VW. Aún cuando Cleo no para de trabajar todo el día, no es capaz de tener la casa limpia como su patrón la quiere. Más adelante en la película, patrón y Cleo se encuentran en el elevador del hospital, y el doctor parece agradecerle lo que hizo por él.
- Cuando la abuela y Cleo se encuentran a Fermín en la tienda de muebles, él las apunta con la pistola; irónicamente su playera dice “Amor es...” y tiene un corazón con una pareja.
- Referencias a películas de los “tres alegres compadres”, es decir de Gonzalez Iñárritu (un árbol quemándose que se cae en el bosque como en The Revenant), del Toro (The Shape of Water) con la importancia del agua en toda la película; o del propio Cuarón (Gravity, Y tu Mamá También -la toma en la playa virgen)
- La “muerte” acecha a Cleo en todo momento: Desde la escena en la azotea de la casa, ella dice “prefiero estar muerta” (1) al momento que juega con el niño pequeño; cuando van corriendo en la calle, echando carreras, antes de que cruce la calle y el auto le pite y esté a punto de atropellarla (2), se pueden ver varias calacas (3) que cuelgan de un hilo y que pareciera que están vendiendo. Cuando sale de la sala de cine, luego de que Fermín la dejara, Cleo se sienta en la banqueta y justo atrás de ella, un vendedor ambulante ofrece “calaveritas” (4) que se mueven sin ningún hilo de por medio; en otra escena, cuando Cleo baja a los cuneros, empieza a temblar y las enfermeras sacan a varios bebés; la toma se queda fija en una cuna donde hay un bebé inmóvil, hay un corte y la escena siguiente empieza con tres cruces en un campo (5-premonición de lo que pasará después con su bebé) para luego hacer un paneo al coche que va llegando a la casa de los Bárcena. Posteriormente, ya en la casa de los Bárcena, Cleo se impacta con las caras disecadas de los perros muertos (6). El incendio que se provoca en el bosque, Cleo es la primera que lo ve (7). La extraordinaria escena del parto (8) y por último, la escena de la playa (9).
- Cuando la familia sin el marido y con Cleo, llegan a registrarse al hotel, se ve una pareja de recién casados, contrastando con lo que vive la mamá.

En fin, muchos detalles que enriquecen la experiencia de ver la película, que no se ven a la primera y que requieren a un espectador “activo”.

Para mucha gente, Roma es la mejor película mexicana de todos los tiempos; para mí, es una muy buena película, pero no llega a ser una obra maestra; para que una película realmente lo sea, debe ser perfecta y Roma tiene ciertos detalles, incluso técnicos que la alejan, según mi punto de vista, de esa categoría:
- La actuación de Mariana de Tavira (increíblemente nominada al Óscar) deja mucho que desear; sobreactuada la mayoría de las veces; leyendo entrevistas que le han hecho a Cuarón, en donde ha dicho que el guión no se lo mostró a nadie y que diariamente iba dando instrucciones distintas e incluso contradictorias al elenco; se dice que esto ayudó a quienes no son actores profesionales, pero confundió a quienes sí lo son cómo de Tavira; según mi opinión personal, eso se refleja en su actuación. 
- La granizada que aparece en una de las escenas, dura muchísimo; los que vivimos en la CdMx y área metropolitana, sabemos que las granizadas son momentáneas y duran unos cuantos minutos (creo que esto ya es demasiada clavadez de mi parte, pero bueno)
- Hay planos secuencias que no están bien coreografeados (cuando tiran con las pistolas en el campo) y no se ven naturales los movimientos sino que se ve demasiado evidente que los actores están esperando a que la cámara “se pose” sobre ellos para decir sus líneas o empezar a actuar.
- Mucho de la escena del tiro y del incendio, a mi parecer, sobra.
- La escena de la playa, cuando la familia abraza a Cleo, está exageradamente planeada y se llega a ver falso ese abrazo grupal, además de que, nuevamente, la actuación de de Tavira estropea el climax con su “te queremos mucho Cleo, te queremos mucho”). (El plano secuencia, hasta que Cleo regresa con la niña, es en cambio, EXTRAORDINARIO).

Por esas y otras razones, no veo a Roma cómo la mejor película mexicana de todos los tiempos y no está ni siquiera entre las cinco primeras; de los últimos años; prefiero Amores Perros o El Callejón de los Milagros, Cronos, Rojo Amanecer e incluso La Ley de Herodes; y de la época del Cine de Oro, hay varias, que a mi punto de vista son mejores cómo Macario, Los Olvidados, María Candelaria y Tizoc, por ejemplo. 

Haciendo una reflexión del por qué a muchos mexicanos no les parece nada atractiva la película es, creo yo, por que nos queda “demasiado cerca”. Son situaciones que vemos a diario, que no causan mucha sorpresa; es la cotidianidad que nos encontramos, todavía, en el día a día: no nos extraña que la “señora del quehacer” viva en la misma casa (aunque no en el mismo techo), o que acompañe a la familia a ver la tele, o que vaya por el niño a la escuela o que la lleven de vacaciones con la familia; esto en otras culturas, es algo de llamar realmente la atención. 

Creo qué hay dos factores que han influido a que la película esté arrasando con la temporada de premios y lo que falta:
- Uno es el empuje que le ha dado Netflix a la película, tanto en términos publicitarios como en la etapa de cabildeo; la compañía de streaming ha venido tomando fuerza (y poder económico) en los últimos años, desde el hecho de que se tomaran en cuenta sus películas y ahora quiere, a toda costa, que las premien (de hecho, así como va Netflix en la cantidad de películas originales que produce, creo que en algún momento tendrán que hacer una entrega de premios solo para ellos).
- El otro factor es que los “tres alegres compadres ya dominan al tema igualmente del cabildeo y a la manera en que tienen que presentar sus películas; saben exactamente lo que les llama la atención a los jurados y a las distintas academias, para que sus películas sean elegidas y premiadas.


En fin, una locura que jamás imaginábamos hace algunos años, que directores mexicanos estuvieran dominando por más de cinco años los premios más importantes del cine a nivel mundial. Sin duda los tres, aunque yo me quedo con Gonzalez Iñárritu, están produciendo películas de altísima calidad.

viernes, 22 de febrero de 2019

Vice, una gran historia, técnicamente espectacular

El director Adam McKay se ha revelado como un gran contador de historias, pero, sobre todo, como un gran contador de la Historia de Estados Unidos. Tanto su anterior película, The Big Short, como la más reciente, Vice, son una mezcla de documental y película de ficción; algo similar a lo que sucede con el género que Truman Capote creó, al cual llamaban “novelas de no-ficción”.

En estos dos trabajos de McKay, se alcanza a percibir cierta influencia del polémico director norteamericano, ya una leyenda del cine, Oliver Stone, quien ha creado películas que igualmente cuestionan a las cúpulas del poder norteamericanas como Salvador, Platoon, Born on the 4th of July, JFK, El Cielo y la Tierra, Nixon, Sons of… Bush. Incluso esta influencia se puede apreciar en algunos aspectos técnicos, como la edición bastante dinámica o la construcción de metáforas visuales sobre todo basadas en animales, con las que pareciera que McKay le rinde tributo a Stone.

Para entender a McKay, vale la pena mencionar que fue actor, principalmente del género de comedia y también fungió como guionista de programas de televisión de ese mismo corte, como el ya clásico Saturday Night Live. De ahí le viene ese sentido del humor caustico e irreverente, así como su puntillosa crítica hacia el aparato político basado en Washington DC. Desde hace ya varios años, tiene una alianza con el cómico Will Ferrell con quién produjo sus primeras películas, siempre con este último en los papeles principales, aunque a partir de The Big Short, Ferrell ya no ha aparecido como protagonista, lo que parece un gran acierto.

La potencia de la historia de Vice, así como la manera en que está construida la cinta, llegan a eclipsar, de alguna manera, la calidad técnica con la que está realizada la cinta en prácticamente todos sus departamentos. Uno se deja llevar por el morbo de conocer los vericuetos de la política norteamericana, así como los intereses y manipulación que se gestan dentro de las oficinas gubernamentales, pero atrás de esa historia, está la mano de un director y su equipo, que han conformado una película redonda, de no ser por lo larga que llega a ser en algunos momentos y que por unos minutos se cae, pero vuelve a levantar el vuelo rápidamente.

Tanto en The Big Short como en Vice, McKay encuentra un punto de vista narrativo que pareciera ajeno a la historia pero al ir avanzando cobra sentido para tener una perspectiva bastante particular. Es así como este director ha logrado desarrollar un sello personal con sus más recientes películas, que algunos han etiquetado como trabajos de comedia, aunque en realidad, están llenos de sarcasmo y crítica punzante e inteligente que reflejan la realidad de una manera tan cruda, que en ocasiones hace reír por lo ridículo que llegamos a ser los seres humanos al actuar de una u otra manera, sin siquiera darnos cuenta de ello. Es así como nos revela el papel que juega el personaje de Christian Bale en The Big Short o el por qué el narrador en Vice es una persona “cercana” a Cheney.

A McKay le interesa explicar las razones que generaron ciertos momentos críticos en la historia como la crisis del 2008 o la Guerra contra el Terrorismo luego del ataque a las Torres Gemelas y para ello hace gala de astutos recursos didácticos, algunos de los cuales rayan en la genialidad, como la escena del mesero que toma la orden de los comensales, interpretado por Alfred Molina.

Por la alta carga informativa, así como por estar realizada con saltos de la historia que van de la juventud de Cheeney hasta su vejez, pasando por varios infartos, la relación con su esposa, su llegada a la Casa Blanca y su paso por diversos equipos presidenciales, Vice es una película que exige cierta atención al espectador; no es una película condescendiente ya que al perderse algunos detalles, se corre el riesgo de perder el hilo de la trama.

McKay ha comprobado ser un gran director de actores y logra conjuntar un elenco redondo en Vice. La de Bale quedará marcada como una de las actuaciones icónicas en el cine, así como la de Marlon Brando con El Padrino, que curiosamente, la vida de Cheney recuerda mucho a la de Vito Corleone. Y hay que recordar, que Bale es originario de Gales, lo cual le da todavía más mérito por el acento que logra, que también es parte de la personalidad del papel que representa.

Precisamente por esto, el personaje de Amy Adams queda un poco eclipsado, pero el trabajo de la actriz nacida en Vicenza, Italia es también espectacular y refleja la influencia que tuvo la esposa de Cheney para llegar a donde llegó.
En la primera escena que aparece Sam Rockwell como George W. Bush, pareciera que está sobreactuado, pero conforme pasan los minutos se va asentando y más bien se puede ver, con todo respeto, la idiotez del expresidente estadounidense en todo su esplendor. Steve Carell por su parte, en el papel de Donald Rumsfeld le da un soporte sólido a los dos papeles principales, al igual que en The Big Short, por lo que ya no sorprende su gran trabajo en Vice.

Con grandes trabajos ya en su haber como la película Lion, Zero Dark Thirty, Blancanieves y el Cazador, Foxcacher y Rogue One, el cinematógrafo austaliano Greg Freiser, increíblemente sin nominación para los premios de la Academia, entrega una fotografía muy particular, de la misma calidad que The Big Short, haciendo alarde de distintas técnicas como la cámara lenta, los planos cerrados, el uso de la foto fija, cámara en mano, en fin, recursos que van narrando la historia de manera visual con una gran eficiencia.

La edición, es realmente sorpendente. Adam McKay trata de explicar tantas cosas que en ocasiones pareciera saturar la pantalla, pero el trabajo del editor Hank Corwin, nominado él sí al premio de la Academia, es fantástico. Y es aquí donde el círculo se cierra, ya que Corwin editó cintas como Natural Born Killers, Nixon y The U Turn, ni más ni menos que, dirigidas por Oliver Stone.
Por último, el pianista y compositor neoyorkino, Nicholas Britell logra un bello soundtrack que va desde una suite de piano hasta una sinfonía (The Iraq War Symphony), pasando por piezas jazzeadas. Britell trabajó con Barry Jenkins en Moonlight, así como con Steve McQueen en 12 Years of Slave, así como con Nathalie Portman en A Tale of Love and Darkness y por supuesto, con Adam McKay en The Big Short. Britell no fue nominado a los premios Óscar por Vice, pero sí por su más reciente trabajo con Jenkins, If Beale Street Would Talk que también es una gran obra, la cual a mi gusto, ganará la estatuilla.

Por cierto, al estar viendo la película de Vice, recordé aquel momento en el que, al ir manejando de regreso a casa, en un día de tráfico por el Periférico de la Ciudad de México, en transmisión en vivo, se escuchó en la radio la decisión de que EUA atacaría Irak al presuntamente tener misiles nucleares; extrañamente México, a través de su embajador ante la ONU, Adolfo Aguilar Zinser, quien era miembro del Comité de Seguridad de la ONU, votó en contra. Un par de años más tarde, Aguilar Zinser murió en un accidente automovilístico en la carretera de Tepoztlán, pero extrañamente, nunca se dijo nada más sobre el mismo. Pareciera que hay ahí, una historia digna de conta en una novela, documental o película; eso es lo que le falta al cine mexicano: contar la historia del país, a través de películas, como lo ha hecho Adam McKay con The Big Short y Vice.

sábado, 16 de febrero de 2019

Bohemian Rhapsody


La música ha ocupado un lugar especial en mi vida; diversos géneros me han acompañado durante estos años, marcando las distintas etapas de mi paso por este mundo. Quizás el género que más huella ha dejado en mí, es el rock. Este tipo de música, estridente y ruidoso para muchos, me dio identidad y me abrió un mundo que nunca ha dejado de sorprenderme;  me ha llevado a descubrir sonidos que llegan directamente al alma, cuando menos a la mía, tocando fibras que otros no alcanzan. El rock más que un género, es una actitud ante la vida; un ritmo que ha evolucionado por distinto caminos. En menos de un siglo, el rock vino a trastocar diversas sociedades occidentales, cambiándole el sentido a infinidad de personas y con ello, modificando el destino de sociedades y países enteros; el mundo no sería lo mismo, sin el rock y la manera en que ha evolucionado. Por todo esto, el rock para mí es algo serio; demasiado serio diría yo; tal vez más de lo que debería. La manera en que se conforman las bandas, su evolución, la manera en que dos, tres, cuatro, cinco personas, coinciden en un mismo tiempo y espacio, tocando instrumentos distintos, juntando ideas, con influencias similares o diversas, y generando así un sonido particular que los distingue y que “mueve” a otras personas con vidas totalmente diferentes y que en un concierto o en la reproducción de un disco, crea una comunión imposible de explicar con palabras, es lo que para mí, hace de esta música, algo distinto y mágico. Sin duda, otros géneros crean este mismo vínculo, pero muy pocos, han cambiado la historia, como lo ha hecho el rock.  

Tal vez por esto, las expectativas que tenía de Bohemian Rhapsody eran bastante altas, y más, luego de la larguísima campaña de publicidad de más de medio año, que tuvo la película durante todo el 2018. 

Empecemos, por el inicio: 

Bryan Singer, el director de la película, empezó su carrera de manera espectacular en 1995 con Sospechosos Comunes, lanzando a la fama a Kevin Spacey; dicha cinta, avizoraba una carrera prometedora; una mirada fresca que parecía traería consigo, películas de igual calibre; pero no fue así; a partir de su ópera prima, Singer se sumió en la mediocridad y en escándalos que fueron borrando su nombre de las listas de directores destacados. En Bohemian Rhapsody, también tuvo serios problemas con su equipo de producción y con los actores, especialmente con Malek, mismos que causaron su despido en plena filmación siendo sustituido por otro director mediocre, Dexter Fletcher quien terminó el trabajo y a quien extrañamente, nunca se le dio el crédito; todas estas complicaciones se alcanzan a percibir en el producto final. 

Más que una historia que se vaya develando a la audiencia, el guión está conformado por una serie de acontecimientos aislados que muchas veces no tienen conexión; pareciera que los guionistas iban conformando el guión, leyendo la historia de Queen en Wikipedia y que iban seleccionando datos y situaciones que en la realización se ven absolutamente forzados: Mercury trabajó en el aeropuert, check; conoció al grupo Smile, check; conoció a Mary, check; diseñó el logo de Queen, check. Diversos sucesos son empaquetados en una misma escena, dando la impresión de que lo que más interesaba era integrar a la película los más detalles posibles, en lugar de una narrativa relevante. 

No cabe duda, que la música de Queen es mágica (A kind of magic) y por ello ha trascendido fronteras y generaciones; su potencia, sus melodías, el ritmo, sus letras, su estilo propio los llevaron a convertirse en una verdadera leyenda. No por nada, son una de las bandas más conocidas y reconocidas por amantes y no amantes del rock. Pero, lo valioso de la guitarra de Brian May para el rock, sus riffs y estilo original que proviene de una instrumento que él construyó con su abuelo, quedan totalmente borrados en la historia; la enorme contribución de John Deacon en la composición, se limita a un "chiripazo" que por obra y gracia del “Señor”, crea la melodía que da origen a Another One Bites the Dust; Roger Taylor, no hace prácticamente nada, más que componer I´m in Love with my Car a regañadientes de todos. 

Brian Synger no se ha caracterizado por ser un director de actores. Al Freddie Mercury de Rami Malek, le faltan 15 centímetros de estatura y una tonelada de presencia escénica. En muchas ocasiones, el público confunde el hecho de que los actores se parezcan físicamente a los personajes históricos que representan, con el hecho de que sea una buena película; “Malek está igualito a Mercury” dicen muchos, lo cual no hace de Bohemian Rhpasody una buena película; además, con dientes postizos, bigote postizo y lentes, muchos se parecerían a Mercury; Malek imita, hasta cierto punto bastante bien los movimientos de Mercury, pero en ningún momento, le da ese volumen que un personaje como el frontman más importante en la historia del rock merecería. Perdón por la expresión, pero Mercury no “joteaba” tan exageradamente en el escenario; tenía en cambio, ese magnetismo andrógino que era imán tanto para mujeres como hombres, que Malek ni de cerca proyecta. 
Durante toda la película, mi preocupación era más por el hecho de que no saliera volando la dentadura postiza de Malek que por otra cosa. 

Los personajes de los demás miembros de la banda, carecen totalmente de identidad; es hasta irrisorio, que los tres se la pasan haciendo caras y actuando como un verdadero trío de idiotas, venerando a Mercury por su genialidad o tratando de cuidarlo de que no se excediera (pareciera que los tres eran santos y pulcros y que siempre tuvieron un comportamiento impecable). Me parece increíble que Brian May y Roger Taylor, supuestamente estuvieron al tanto de la realización del guión y de la filmación, cuando además de esto, hay demasiados hechos mal contextualizados, aparentemente para darle un sentido dramático a la narración, lo cual, en mi muy humilde opinión, no se logra. 

La secuencia final del concierto de Live Aid, sinceramente no la entiendo. Aún cuando está hasta cierto punto bien lograda, con tomas interesantes, no le veo ningún valor cinematográfico; el copiar milimétricamente los movimientos de los integrantes del grupo durante un concierto, no aporta nada para mí; hubieran puesto mejor el video original que es, sin duda, uno de los momentos más impresionantes en la historia del rock. Curiosamente, cuando hacen acercamientos del público que estuvo presente en ese estadio, todos, absolutamente todos, parecen “red necks”; con gorras de beisbolistas; no hay ninguno que tenga el pelo largo o apariencia de rockero; eso me llamó la atención, que ni esos detalles cuidaron. 

Anecdótico y como una puntada divertida, es la frase que Mike Myers pronuncia sobre la canción de Bohemian Rhapsody, jactándose los guionistas y Singer de “inteligente” para que la audiencia descubra y recuerde aquella escena icónica de Wayne´s World, así como al final el “no time for losers”.

Algo de lo que rescato es la secuencia inicial, con una buena fotografía y armada de una manera interesante,  que hacía prometer que algo bueno vendría, enmarcada por las notas de Somebody to Love. De ahí en fuera, no mucho a no ser las canciones de Queen que suenan muy bien en las bocinas de las salas de cine. 

Increíble para mí, que Bohemian Rhapsody haya ganado el Globo de Oro y que esté nominada a Mejor Película en el premio Óscar. Para mí, la historia del grupo, merecía un director con mucho más empaque que capturara la esencia y yel misterio del grupo y la proyectara en la pantalla; algo como lo que Oliver Stone hizo con The Doors o la calidad de un documental como el de Martin Scorsese, Crossfire de The Rollinig Stones. 
Aún cuando fue el fenómeno cinematográfico del año, paradójicamente en términos cinematográficos la película no aporta mucho; como instrumento histórico, tampoco, por la falta de rigor en la narración de los acontecimientos. El único valor que le pudiera atribuir, es el traer de regreso la música de Queen a un público más extenso; Aún así, el legado de Queen nunca ha dejado de ser vigente; canciones como We are the champions o la misma Rapsodia Bohemia y otras muchas, no dejan de tocarse en estaciones de música pop, en Spotify, You Tube o en otras plataformas; lo que sí es un hecho es que, la euforia que causó Bohemian Rhapdosy nos hizo regresar a los discos y a los conciertos del grupo y recordar el enorme legado que dejaron al mundo no solamente de la música.

God save The Queen…

domingo, 10 de febrero de 2019

Green Book, funciona gracias a los contrastes

Va mi reseña:
GREEN BOOK
*SPOILER ALERT*

Luego de realizar películas de comedia burda en los años noventas, algunas de las cuales son ya clásicas del cine norteamericano como There's Something About Mary, Dumb and Dumber y Me, Myself and Irene, mismas que catapultaron a actores como Jim Carrey, Owen Wilson o Ben Stiller, el director Peter Farrelly sorprendentemente incursiona en una comedia más "seria" y reflexica con un trasfondo más ideológico. 

Basada en hechos reales, Anthony Vallelonga, conocido como Tony Lip, un norteamericano caucásico de origen italiano, represtante de la clase trabajadora norteamericana y con prejuicios hacia los integrantes de la minoría de raza negra, es despedido del centro nocturno donde trabajaba como miembro de seguridad. Luego de una entrevista por demás sui-generis, es contratado por Don Shirley, un doctor en música de origen afroamericano quien busca un chofer y asistente para su gira que tocará varias ciudades del sur profundo de los Estados Unidos. 

Una road-movie que busca reflejar la diferencia que existía en aquellos años sesentas, entre los estados del norte y los del sur americano en los que la discriminación racial hacia los afroamericanos estaba cargada de violencia psicológica y física. 

El recurso que funciona mejor es la utilización de contrastes en varios momentos y situaciones que ayudan a plantear su línea discursiva:

Además del contraste evidente racial y cultural entre los dos personajes principales, Farrelly intercambia los papeles que han sido ya clichés, del personaje blanco refinado y el afroamericano ignorante para plantearlo totalmente al revés y utiliza varios contrastes para llevar su historia. 

Se contrasta la vida de Tony Lip, que vive en un barrio popular de Nueva York, en un pequeño departamento y rodeado de su familia nuclear y su familia política, con la vida del pianista que tiene su casa en un departamento por demás lujoso ubicado en la parte alta del icónico Carnegie Hall. 

El refinamiento del pianista, producto de sus estudios y viajes, resalta ante la ignorancia del chofer quién prácticamente no conocía otra cosa que su barrio. Esto se evidencia con el lenguaje que ambos personajes utilizan, así como la misma entonación y palabras con las que se expresan. 

Otro contraste que se puede percibir en la cinta es la manera que tienen los dos personajes principales para resolver las cosas: Tony lo hace prácticamente siempres a través de la fueraza y de su capacidad para convencer usando algunas mentiras o verdades a medias, mientras que Shirley lo hace usando la razón y la verdad 

Pero el principal contraste y el más eficaz es el musical. La música juega un papel fundamental en Green Book, no solamente porque uno de los personajes es precisaente un músico profesional, sino por la manera en que el director contrapuntea la música popular de aquellos tiempos con música mucho más refinada. La solución que se utiliza es bastante efectiva, ya que durante los trayectos de una ciudad a otra en la que la pareja cruza las carreteras, en la radio se escuchan artistas como Aretha Franklin, Little Richard, Frankie Valli, Chubby Checkers o Frank Sinatra y durante los conciertos, el trio ejecuta piezas de Claude Debussy, Eric Satié o del mismo Don Shirley. 

Digno de mencionar es el gran trabajo del compositor afroamericano, Kris Bowers que creó piezas originales de gran calidad y emotividad que acompañán las escenas de una manera bastante orgánica, que  se combinan con la gran selección musical que se escucha durante toda el film.

Con un final un tanto moralino y tradicional, la película funciona bastante bien gracias al ritmo que le imprime el director y editor (Patrick J. Don Vito, quén está nominado al Óscar), notándose el empaque que Farrelly ha adquirido en sus ya más de veinte años de carrera, mezclando capítulos que hacen brotar la risa en los espectadores, con pasajes emotivos que provocan a su vez, una reflexión. 

Tanto Viggo Mortenssen como Mahershala Ali entregan actuaciones bastante convincentes (un tanto exageradas por momentos), logrando una química interesante que tambíen contribuye a redondear la cinta. 

Al final del viaje, ambos personajes sufren cambios en sus perspectivas de vida, muy al estilo hollywoodense, sensibilizándolos para que respeten y valoren a las personas que son distintas a ellos.

Vale la pena mencionar que el hijo de Tony Vallelonga, Nick, participó en la creación del guión y varios integrantes de la familia Vallelonga son realmente los que aparecen como familiares de Tony y Dolores. 


Farrelly es el director de Fever Pitch, una cinta protagonizada por Drew Barrimore y Jimmy Fallon que guarda un lugar muy especial para los que somos aficionados al beisbol y especialmente a los Red Sox de Boston.

sábado, 25 de febrero de 2017

LA LA LAnd: obra maestra


Actriz Protagónica: la Música
Actor Protagónico: el Color
Actriz Secundaria: la ciudad de LA
Actor Secundario: el Baile

Spoiler Alert

Para crear una obra de arte, se requiere que se conjunten diversas circunstancias, mismas que se pueden reducir a dos: la idea y la implementación de esa idea. La creatividad y la técnica para llevarla a cabo, para ejecutarla tal como surgió en la mente (o mejor aún si es posible). Para concretar una verdadera obra maestra, la clave está precisamente en que ambas sean extra-ordinarias, en todo el sentido de la palabra.


Para que una idea sea extra-ordinaria, lo primero que se requiere es que sea original. Única. Que no haya existido algo igual anteriormente. Que aunque haya rastros de otras obras, de otras técnicas, el resultado final sea algo nunca antes visto, que sea un aporte a ese genero, a esa rama del arte y que de ahí otros artistas puedan partir para hacer su propia obra. 

Ahí empieza para mí, la genialidad de La La Land. Impresionante el número de referencias que La La Land maneja tanto en lo visual como en el guión y diálogos, que van desde películas musicales a cintas clásicas no solamente de Hollywood, pero también pinturas de muchos artistas como Matisse o Van Gogh. Más impresionante es que con ese número de referencias se pueda gestar una obra nueva, fresca y que renueva el género del musical pero también el del cine en general.

La idea inicial de la cinta, suena relativamente sencilla: reflejar las dificultades a las que se enfrentan aquellos que buscan colocarse en el mundo del entretenimiento. Pero de esa premisa, surgen otras que van complicando la situación. Usar la película para realizar un homenaje a la ciudad de Los Ángeles, al cine y al jazz. Y, ¿por qué no hacerlo a través de un musical? Esto ya va sonando bastante ambicioso y complejo… y vaya que efectivamente lo es.

Es común que el arte haga ver como fácil algo que realmente es complejo y complicado. El ballet clásico parece algo tan sencillo, hasta que uno trata de hacerlo o cuando realmente se analizan los movimientos del cuerpo para transmitir emociones; los trazos de Picasso parecieran a simple vista, los de un niño, pero detrás de ellos hay técnica, experiencia, vida y genialidad.

Y así sucede con la secuencia inicial de la película, para muchos, una mera introducción con baile y colorido. Pero esa sola escena va directamente al listado de mejores planos secuencia en la historia del cine, así como de los mejores arranques. Desde los primeros segundos, Chazelle plantea al espectador la línea por donde irá la película: el gran colorido, destacando los colores primarios, una época atemporal y lo vibrante de la música, poniendo la vara, demasiado, demasiado alta. Seis minutos sin un solo corte, con más de 50 autos detenidos en una avenida, accesorios de distintas épocas incluyendo los autos, más de 100 personas coreografeadas. La letra de la canción, describe lo que miles de habitantes de la ciudad de Los Ángeles, han vivido y sufrido por tratar de ganar un lugar en el difícil mundo del espectáculo.

Y cuando el gran final de este primer número llega supuestamente, la coreografía termina y los automovilistas vuelven a sus sitios, surge el título de la película en una tipografía setentera y el plano secuencia ¡continúa varios minutos más mostrándonos a los dos protagonistas en un auto distinto cada uno! Y Vaya manera de presentar a los dos protagonistas, cada uno con sus respectivas obsesiones y sueños. (y para rematar, en los momentos finales de la película, cuando Mía decide cambiar de rumbo en el auto, es justamente esa autopista de la escena inicial, la que ya no toma).

Detrás de esta primera secuencia se pueden notar los más de seis años de preparación que el director Damien Chazelle pasó ideando y construyendo la historia, básicamente con su amigo y músico, Justin Herwitz. Imagínense el proceso para que estos 7 minutos se hicieran realidad: primero que nada, había que crear la música y la letra de la canción, hacer los arreglos para los distintos instrumentos, encontrar las voces correctas, idear las coreografías, ensayar los bailes, definir el diseño de producción, es decir, tipos de autos, tipos de prendas, colores, además diseñar los movimientos de cámara, para que la toma se hiciera sin cortes (chequen por favor donde empieza y donde termina el plano secuencia), y hablando de cuestiones técnicas, había que parar el tráfico de una autopista en LA, para filmar todo el numerito. Que todo eso se haya ideado y se haya llevado a la práctica de la manera en que se percibe en los primeros minutos de la cinta, es un verdadero milagro.

Pero lo impactante es que esta misma calidad sigue y sigue durante la película en todos los rubros, hasta el número final que queda también para los anales del cine... y no es una exageración. 

La música y el color pueden eclipsar detalles que el director Demian Chazelle va incluyendo, mismos que inician incluso antes de que arranque la película. Justo cuando la pantalla se amplía al tamaño de Cinemascope se escucha un claxon, justamente un claxon que después será un elemento incidental de la historia que aparece en distintos momentos. O incluso el nombre de la ciudad que está escondida en el mismo título de la película. O para los amantes y conocedores del jazz, el nombre de la banda de John Legend, es un guiño de llamar la atención. Y como esos, hay muchos detalles que se pueden seguir a lo largo del film.

Algunos otros aspectos pueden llegar a pasar desapercibidos a simple vista por la explosión de música y color, es, en primera instancia, el guión. El guión no solamente tiene que ver con la historia de una película, sino con los diálogos. Es curioso como cuando están los dos personajes juntos, es cuando se crea un ambiente muy particular en la pantalla. Diálogos por demás inteligentes, irónicos, eficientes para la historia. Algo de llamar la atención es que dichos diálogos continúan en las letras de las canciones, mismas que se vuelven vitales para la trama del film. Suele suceder que en los musicales tradicionales, la música refuerza lo que sucede durante la acción "no cantada". Si alguien dice "Te amo", viene una canción que refuerza ese sentimiento. En La La Land, las letras de las canciones complementan los diálogos de una manera por demás original.  


Basta ver, escuchar y analizar la canción Somewhere in the Crowd para darnos cuenta que no es una simple canción en medio de algunas escenas; de hecho, la película pudo haberse llamado así, por lo importante de la frase durante las dos horas de la historia y cómo "alguien en el público" va siendo relevante en distintos momentos y lugares.


Chazelle nos había ya mostrado su buena dirección de actores en Whiplash! y en La La Land lo confirma y lo lleva aún más allá. El trabajo de Emma Stone es una verdadera joya durante toda la película. Es realmente Mia la que lleva toda la película. 
La técnica que Chazelle utiliza para destacar la calidad histriónica de la actriz es dejar su rostro en primer plano, por varios minutos y permitir que sus expresiones dominen la pantalla, lo cual destaca más el trabajo de la actriz.(Nuevamente se confirma el extraordinario ojo de Alejandro González Iñárritu al incluir en su Birdman a Stone).

Pero Ryan Gosling no se queda atrás, dándole una tridimensionalidad a su personaje que complementa de manera perfecta y le da una profundidad muy particular a su personaje. 

Y bueno, de la música qué más se puede decir. Solamente basta escuchar todas y cada una de las canciones y la música incidental para reconocer el extraordinario trabajo de Justin Hurwitz y es increíble pensar que tenga, solamente 32 años, la misma edad que Chazelle. De llamar la atención la calidad de todas las canciones, que hubieran podido, sin ningún problema ser todas nominadas a la categoría de Mejor Canción Original en los premios de la Academia. Destaca por supuesto el jazz, género favorito del Chazelle y de Hurwitz. Queda más que claro que La La Land es un grito desesperado por salvar al jazz. 

Por la manera de utilizar los distintos recursos cinematográficos, como por el resultado final, no hay otra manera de referirse a esta película que como obra maestra. Y no hay que tener miedo de hacerlo. No hay que tener miedo de reconocer la labor de un director de 32 años. La La Land es, sin duda, un “clásico instantáneo” que es parte ya de la historia del cine.

domingo, 4 de septiembre de 2016

NO ME CAE BIEN NICOLÁS ALVARADO (Lo cual le viene guango)



Empezaré diciendo que he seguido a Nicolás Alvarado desde hace casi 20 años, cuando no tenía lentes, cuando era gordo (sí, más) y tenía pelo. Lo sigo desde que apareció La Dichosa Palabra en Canal 22, luego en el late night show cultural en canal 7 llamado Suave es la Noche de Canal 7, junto al gran “EuGenio” Toussaint; posteriormente cuando creó Domingo 7, una revista cultural que se transmitía cada semana por TV Azteca, donde lo acompañaban varios otros amantes de la cultura y de la difusión de la misma como Pablo Boullosa. Uno de mis programas favoritos de los últimos años era Final de Partida en Foro TV, que compartía con Julio Patán. Por casi 6 años, vi habitualmente cada noche este programa y yo lo tomaba como mi clase diaria de arte y cultura. Gracias a ellos conocí sobre literatura, arquitectura, gastronomía, música, cine, diseño, etc., etc., etc., etc., etc. (sí, sé que con este primer párrafo se pone de manifiesto mi ñoñez, pero así ha sido).


Después de todos estos años puedo decir, que Nicolás Alvarado no me cae bien.


¿Por qué lo he seguido? Eso es algo que también me he preguntado yo.


Lo sigo porque, aunque no coincido en MUCHAS cosas, reconozco en él ciertas capacidades y virtudes que han llamado poderosamente mi atención. Primero que nada, lo que es más evidente a todas luces, su vasta cultura; la cuestión es que no solamente sabe, sino que tiene la capacidad, muy particular, para explicar, contar, describir y puntualizar sobre esos temas con adjetivos, definiciones, argumentos y dilucidaciones muy precisos. Algo que vale la pena apuntar es que se rodea de gente que sabe más que él (y él lo sabe), de especialistas en distintos temas. Para muestra, el botón de sus programas de televisión en donde el común denominador es contar con invitados de distintas disciplinas. Siempre búsqueda puntos de vista para con ello, formarse un criterio.


Quizás lo que más admiro de él, es su pasión por difundir la cultura, por llevarla a un público más amplio; y es que es eso lo que ha hecho en todos estos años en los medios en los que ha colaborado. Pero no solamente la alta cultura, sino la cultura popular. Recuerdo programas en Final de Partida sobre Rigo Tovar, sobre Chico Ché, sobre Madonna y otros más. Su idea ha sido siempre, el tratar de explicar las distintas actividades del ser humano a través de su opinión y la de otros.


Esto es justamente lo que quería hacer con TV UNAM. Alvarado ha declarado que lo que buscaba era explotar TODO el conocimiento que tiene la máxima casa de estudios con sus egresados. Se frotaba las manos de solo pensar en tener a tanta gente “a su servicio” para sacarle el mayor provecho posible en la televisión y explicar prácticamente cualquier tema.


Una cosa que lo caracteriza es, burlarse de sí mismo, de su niñez, de su ñoñez e incluso de ser un mamón, un snob. Su humor no es precisamente fácil y más bien es retorcido, en todo el sentido de la palabra, ya que, en ocasiones, hay que darle varias vueltas para entenderlo. Reconoce que tiene gustos culposos, como todos, y no tiene empacho en decir que le gusta la música disco o Flans o las Ardillitas de Lalo Guerrero.


Un efecto muy particular tiene la personalidad de Nicolás Alvarado frente a sus audiencias. La mezcla de alguien que “sabe mucho” y su aparente arrogancia, causada más bien por su timidez, provocan, primero que nada, y lo digo por experiencia, un sentimiento de inferioridad y luego uno de malestar, que muchos reducimos en algún momento, me incluyo, en una expresión como “pinche gordo mamón”.


Dicho lo cual, y volviendo al tema de la columna aparecida en Milenio Diario, vale la pena recordar que existen distintos géneros en el periodismo como, entre otros, el reportaje, el periodismo de fondo, las notas periodísticas y la columna de opinión, misma que es ocioso explicar porque en el nombre lleva la definición. Estas distintas maneras de ejercer el periodismo, que son igualmente válidas y relevantes, es lo que lo convierten en uno de los principales motores de las democracias. El periodismo trata de explicar, de desmenuzar, de contrastar y cuestionar aquello que hacen los distintos grupos o personas en una sociedad.


He vuelto leer varias veces el texto y lo que más me sorprende, realmente, es lo bien que Alvarado habla sobre Juan Gabriel, aunque no le guste, lo cual no excluye una cosa de la otra.


Pero empecemos por el título de la columna. Algo en lo que pocos (muy pocos) han reparado, es en el paréntesis que puso en el título (Lo que le viene guango). Quizás porque estamos acostumbrados a que entre los paréntesis existe información que no es importante, pero no es así y mucho menos en este caso ya que es una aclaración que refleja el tono de TODA la columna (recordemos el título de la película Birdman, así como el libro de Benedetti).


Por increíble que parezca, y más viniendo de Nicolás Alvarado, esto es un acto de humildad, sí, así es. Lo que busca decir el autor es algo como “No me gusta Juanga, pero mi opinión sobre el cantautor es totalmente intrascendente y no le hace ningún daño a la figura del Divo de Juárez”.


Y regreso a lo que comentaba, de cómo se habla bien de Juan Gabriel en repetidas ocasiones:


- Nadie ha dicho nada de la comparación que hace Alvarado de Juanga con la Virgen de Guadalupe y con, ni más ni menos que Octavio Paz. (Tal vez hubiera tenido más lógica que la Iglesia Católica lo crucificara públicamente o que los intelectuales se desgarraran las vestiduras y que fuera por esto que lo corrieran de TV UNAM, ¿no?)


- Lo reconoce como un ídolo para los mexicanos (aunque no para él)


- Acepta que es un ícono cultural y le otorga derecho de ser materia de análisis e incluso de homenaje en todos los espacios, incluso en TV UNAM


- Muchos dicen que en concierto Juanga era lo máximo y ello lo reconoce: “Jamás fui a verlo en concierto, a lo cual muchos atribuyen mi reticencia a su trabajo”.


- Alvarado hace referencia a comentarios que le hicieron los especialistas que invitó para realizar el programa dedicado a Juan Gabriel en TV UNAM, donde algunos defendían su trabajo: “Juanga es un insider genial”; “Cuando lo despojamos de su aura Televisa y clasismos, podemos escucharlo”.


Alvarado admite que es un problema que no le guste Juan Gabriel, un problema suyo y no de Juanga y que al no gustarle se pierde de algo (“Porque sé muy bien que me pierdo de algo”).


Finalmente, y para volver a resaltar el paréntesis en el título de la columna, reitera que su opinión no vale frente a Juanga “porque en vida y en muerte a Juanga le vengo guango”. Su problema admite, con un tono sarcástico, es ser clasista y snob, es decir, se admite como “un mamón”.


Y sí, le dice “letrista torpe y chambón” y otras cosas, lo cual, es una apreciación personal (en una columna de opinión), pero con la aclaración hecha en el título, con los argumentos a favor y en contra, a mi parecer pierde relevancia.


Pero vayamos a lo que más caló entre “la sociedad”: “Me irritan sus lentejuelas no por jotas sino por nacas”. Cabe aclarar que nunca se refiera a Juan Gabriel como naco ni joto sino a sus lentejuelas. Si se conoce un poco la jerga del lenguaje con el que los homosexuales se comunican entre ellos, podemos ver que también utilizan la palabra jotear para muchas cosas, sobre todo para referirse a aquellos que son exageradamente amanerados (dejo aquí este buen texto que lo explica a la perfección: http://confabulario.eluniversal.com.mx/de-maricon-punal-y-otras). En el ámbito de la publicidad, por ejemplo, a las joterías se les conoce como aquellos aspectos que adornan un anuncio impreso o un spot.


A este respecto, vale la pena puntualizar que Alvarado conoce, y conoce bien, la cultura gay (“Creo que a estas alturas no necesito acreditar mi afinidad a la cultura gay” dice en la columna). Por los círculos en los que se mueve, conoce a muchos gays e incluso muchos de sus amigos lo son. Además de conocerla, la reconoce. Sería absurdo, para una persona dedicada a la cultura, no reconocer las grandes aportaciones de Elton John, Oscar Wilde, Miguel Bosé, Cole Porter, Yves Saint Laurent, García Lorca, Reinaldo Arenas, Walt Whitman, Rimbaud y muchos, MUCHOS más.


Y aquello de que sus lentejuelas son nacas, naco es un término tan subjetivo, que cada quien resulta naco para alguien más. (revisen la columna de hoy, 4 sep, de Xavier Velasco).


La furia de los seguidores de Juanga es, creo yo, porque se sintieron aludidos, no porque se criticara a Juan Gabriel. El problema fue, que los que sí se sintieron agredidos porque les ofendieron sus gustos, pero ya vemos, según lo que apunto anteriormente, que la intención de Alvarado no era esa.


En estos momentos en el que el tema está muy en boga: ¿qué pasa con aquellos que le dicen naco a Donald Trump? Eso es también discriminación. ¿Está bien llamarlo así porque es gringo y el enemigo público número 1 de México? ¿Por qué se puede criticar, abiertamente en redes sociales a personajes como por ejemplo, Arjona sin ninguna consecuencia?


Ahora, simplemente transcribiré la definición de libertad de expresión que emite la Declaración Universal de los Derechos Humanos: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión".


El gremio periodístico ha apoyado en gran parte a Alvarado, porque sabe lo importante que resulta la libertad de expresión para ejercer su labor y lo mucho que ha costado a la sociedad en general y en especial a la mexicana. Recordemos no hace muchos años, el poder de censura que ejercía la Secretaría de Gobernación en los medios de comunicación (Hoy por cierto, aparece un fragmento del libro El Hambre del escritor argentino, avecinado en México, Martín Caparrós, titulado Por qué detesto a la Madre Teresa de Calcuta. Hay que leerlo y fórmense una opinión PERSONAL con ello, pero no censurarlo).


Soy consciente de que cada institución del Estado o compañía de la iniciativa privada, tiene códigos internos para sus empleados, mismos que tienen que seguir. Pero después de tratar de desmenuzar lo escrito por Alvarado, insisto, que la UNAM se dejó llevar por los fanáticos enardecidos en las redes sociales y no analizó a fondo lo que realmente se quiso decir, en algo que tenía más tintes de broma, de sarcamo que de otra cosa.


Para finalizar, vale la pena recordar que la designación de Nicolás Alvarado al frente de TV UNAM no cayó bien dentro del mismo canal por varias razones. Una, porque varios vieron peligrar su trabajo; había, por lo que se sabe, duplicidad de responsabilidades y muchos “aviadores”. La otra razón, es porque Alvarado no es egresado de la UNAM, sino de la Ibero. Parece que esto fue una excusa perfecta para echarlo y sí, una discriminación.


Después de escuchar estos últimos días a Juan Gabriel por todos lados (siempre las mismas canciones por cierto – ¿no que tiene más de 800 registradas?) no solamente confirmo que no me gusta sino que su música me es molesta al oído; no lo puedo evitar, es algo totalmente fisiológico. (Y me voy, porque ya está sonando en mi iPod, la canción de “Sufre Mamón”).


PD. Me parece realmente esquizofrénico que aquellos que gritan ¡¡¡¡¡EHHHHH, PUTO!!!! en los estadios, son los que ahora defienden a Juanga antes los “ataques” de Nicolás Alvarado.