sábado, 15 de agosto de 2015

Mal acaban Presidentes de México y DTs de la Selección Mexicana, ¿cuál es la razón?

El reciente despido del Director Técnico de la Selección Mexicana de Futbol, Miguel “El Piojo” Herrera por la agresión propinada a Christian Martinolli, no hace más que confirmar la tendencia que se viene dando desde principios de la década de los 90´s con los entrenadores del equipo nacional de esta disciplina.

Desde los tiempos de Manuel Lapuente en 1990 han desfilado 18 directores técnicos pasando por Lavolpe, Hugo Sánchez, Chepo de la Torre, Javier Aguirre, Manuel Vucetich, Tuca Ferreti, Mario Carrillo, Enrique Meza, Sven Goran Ericsson, Miguel Herrera, entre otros y prácticamente todos, han terminado mal con la Federación Mexicana de Fútbol y/o con la afición.

Muchos de ellos han tenido periodos en los que los medios y la afición los han colocado en los cuernos de la luna pero llegado el momento, los “tunden” y los crucifican, haciéndolos salir por la puerta de atrás.

Curiosamente en términos políticos sucede algo muy similar, con la figura del Presidente de la República. Desde los tiempos de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y ahora Enrique Peña Nieto.  De la misma manera, prácticamente todos han salido con índices de aprobación bajos, con muchos cuestionamientos.

Existen sus excepciones como César Luis Menotti o Ernesto Zedillo en cada una de sus trincheras, pero dicen que la excepción confirma la regla. Aunque hay que recordar que Menotti, aunque despúés se le reconoció qué él fue el artífice para que la mentalidad del futbolista mexicano cambiar, también salió mal y lo dice en una de las entrevistas que sostuvo algunos días después de dejar el cargo:

“La prensa mexicana es aliada de ningún proyecto, y detractora de todos los proyectos… No se construye, no hay apoyo, una cosa es la crítica con fundamento, pero en el futbol de México se mueven tantos intereses, hay tantos periodistas al servicio de las televisoras, que es prácticamente imposible tener una charla de futbol con ellos sin que se ataque el momento que vive la Selección”.

Corría el año de 1991, estando en la universidad, nos dejaron hacer unas encuestas de varios personajes mexicanos de distintos ámbitos. Uno de ellos era Carlos Salinas de Gortari. En aquel tiempo, el concepto de Solidaridad estaba por demás enraizado entre los mexicanos y la reputación del Presidente estaba por los cielos.
Recuerdo muy bien que muchos de los encuestados decían que CSG podría salvar al país de lo que venía y lo comparaban incluso con Benito Juárez. Años después, esa percepción cambió radicalmente y al concluir su sexenio, esos índices de popularidad estaban por los suelos  hasta lo que conocemos que Salinas sigue siendo uno de los “villanos favoritos” de los mexicanos.

El mismo Enrique Peña Nieto, comenzó su mandato con grandes anuncios tanto de las reformas estructurales, como de la detención de la “maestra” Elba Esther Gordillo y del mismo “Chapo” Guzmán y ahora, unos meses después, su popularidad se desploma luego de la situación económica, la fuga del Chapo, la casa blanca, entre otros, y no parece que vaya a levantar mucho para cuando termine sus seis años en el poder.

No es ocioso hacer la comparación y el análisis de estos dos puestos por demás importantes para los mexicanos. Toda proporción guardada, pero es algo real que a los mexicanos les interesa (creo que en ocasiones incluso más, el de Director Técnico de la Selección Mexicana de Futbol).

¿Demasiado optimismo al inicio de estos periodos? ¿Poco análisis y objetividad al comenzar estas gestiones? ¿Demasiados intereses alrededor de estas figuras? ¿Falta de profesionalismo para llevar una gestión hasta su conclusión?¿Todas las anteriores?

Sinceramente no tengo la respuesta, lo cierto es que algo pasa en estos dos terrenos que no pueden concluir de una manera exitosa y con un reconocimiento generalizado.

Creo que a todos nos gustaría, principalmente para el figura presidencial, que al finalizar su sexenio, pudiéramos decir BUEN TRABAJO... pero a cómo vamos, no se ve que esto sea posible, cuando menos a corto plazo. 



domingo, 2 de agosto de 2015

Callando periodistas incómodos. Del Excélsior de Julio Scherer a Rubén Espinosa.

En 1974, luego de distintas situaciones relacionadas con el sindicato del periódico Excélsior, su entonces director general, Julio Scherer García deja su cargo, al igual que todos sus colaboradores. El “periódico de la vida nacional”, como era conocido en aquel entonces, había tenido enfrentamientos con la Secretaría de Gobernación y con la misma Presidencia de la República, quienes les habían advertido que suavizaran sus notas, investigaciones y reportajes o que se atuvieran a las consecuencias.


Diez años más tarde, se presenta el asesinato del titular de la columna Red Privada publicada en Excélsior, el periodista Manuel Buendía quien era uno de los más influyentes, sino es que el más, y quien tocaba temas referentes a la política y al narcotráfico. Aún recuerdo cuando vi en la portada la noticia, así como el cartón del caricaturista Oswaldo Sagastegui (de quién yo era fan), en donde todo su espacio estaba cubierto con tinta negra.  Siendo un niño, no sabía exactamente qué estaba sucediendo, pero  me impactó que esto se diera en nuestro país.

Más de 40 años han pasado y esto sigue sucediendo en México. A los periodistas se les sigue silenciando ya sea con las balas o de algunas otras maneras.

Recordemos a José Gutiérrez Vivó, creador y director general del concepto Monitor, sin duda el periodista más influyente e incómodos por muchos años, quien transmitió su programa por 33 años tanto en Grupo Radio Centro como en MVS y quién tuvo problemas en cuestiones de derechos y propiedad intelectual con ambas compañías, pero que, al final del día, se le calló. Gutiérrez Vivó se autoexilió en San Antonio, Texas desde donde transmite su programa, llamado irónicamente, Silencio, que muy poca gente escucha y sabe de su existencia.

En este sexenio se ha silenciado a dos de los voces más influyentes como son  Pedro Ferriz de Con y Carmen Aristegui por distintas circunstancias, a simple vista sin relación alguna, pero ambos han dejado sus espacios radiofónicos en donde realizaban cuestionamientos contra el gobierno de Enrique Peña Nieto.

En México, los periodistas corren peligro al estar amenazados tanto por el crimen organizado como por las altas cúpulas políticas, que en muchas ocasiones están del mismo bando. México se ha convertido en uno de los países más peligrosos para ejercer esta profesión.

Decenas de periodistas han perdido la vida por “enfrentar” a estos dos bandos, por desenmascarar cotos de poder y por llevar la verdad a sus distintas audiencias. Ahora, Rubén Espinosa, fotoperiodista incómodo al gobierno de Javier Duarte en Veracruz y a quien ya habían amenazado en múltiples ocasiones y que por esa razón se “autoexilió” en la Ciudad de México.

Algo todavía más triste es que nosotros mismos, los ciudadanos comunes y corrientes, al escuchar un comentario de algún periodista que puede resultar incómodo, solemos decir “se lo van a echar”. Esto no significa otra cosa, más que el aceptar esta situación, el saber que algo puede suceder a una persona que no hace otra cosa, más que dar su opinión de los hechos. No podemos aceptar esto bajo ninguna circunstancia. Todo esto no se puede pasar por alto. No puede suceder en un país como el nuestro que se jacta de haber transitado a la democracia.

Hoy más que nunca, vale la pena recordar la definición que daba el escritor y periodista británico, George Orwell: “El periodismo consiste en decir cosas que alguien no quiere que digas”.

#TodosSomosRubénEspinosa
#NiUnPeriodistaMuertoMás
#JusticiaParaRubén



sábado, 1 de agosto de 2015

Menos Piojos y más Gandhis. Felicidades #Gandhi44Años

En un lugar del D.F. de cuyo nombre sí quiero acordarme (Coyoacán), un ingenioso hidalgo comenzó, en 1961, a luchar contra distintos molinos, como aquellas editoriales que no querían dar un mejor precio o contra la censura de aquellos años en la que algunos autores estaban prohibidos, pero principalmente contra la apatía y el desinterés de los mexicanos por leer.

Mauricio Achar, de familia proveniente de Siria y quien se autodenominaba como un soñador, comenzó su negocio en la calle de Miguel Ángel de Quevedo, en un local de 120 metros cuadrados al cual pensó nombrar como “El Quijote”, pero justo en ese momento leía la biografía de Mahatma Gandhi y prefirió ponerle el apellido de aquel indio defensor de los derechos humanos.

El objetivo principal era el de acercar los libros a las personas y por ello, los colocó en mesas, cuestión que hoy en día es muy normal, pero que en aquel entonces era algo fuera de lo común, pues las librerías se manejaban como carnicerías o farmacias: llegabas, pedías un libro, si estaba te lo daban, lo pagabas y te llevabas, si no estaba, te ibas, inmediatamente.

Sin duda, Gandhi, fue la primer librería “moderna” en nuestro país, que “sacó los libros” para que los lectores pudieran tocarlos, ver sus portadas de cerca, leer sus contraportadas, olerlos y sentirlos, antes de comprarlos, creando al mismo tiempo, un espacio para convivir tanto con ellos como con las personas, un espacio para “perder el tiempo” de la mejor manera posible.

Esto permitía perderle el miedo a las librerías, desacralizarlas, desmitificarlas, quitarles la sobriedad y ponerlos al alcance de los lectores.

Del 27 de julio al 2 de agosto, Librerías Gandhi celebra 44 años de su fundación con distintas actividades, periodo en el cual, ha podido establecerse en nuestro país de manera sólida, aún con números nada alentadores (2.5 libros al año por habitante; 600 librerías registradas, cuando en Argentina y en España, con menos de la mitad de población cuentan con 2,000 y 4,000 respectivamente), llegando a 31 tiendas, ubicadas en 13 estados de la República Mexicana, permitiendo que su característico color amarillo y morado se expandan cada día más.

Este éxito se debe, en gran medida, a las acciones que han implementado desde hace algunos años, encabezadas por Alberto Achar, su Director de Mercadotecnia, quien incluso contrató a una agencia de publicidad, atreviéndose a seguir innovando en distintos terrenos, colocando a Librerías Gandhi en el top of mind del público, estableciendo un vínculo emocional con los lectores, mediante una personalidad relajada, conectando y generando una experiencia única con sus clientes.  

Sus anuncios espectaculares se han convertido ya en una especie de divertimento para los habitantes de las ciudades donde tienen operaciones, dirigiéndose a aquellos que sí tienen el hábito de la lectura, generando una especie de clan alrededor de ello e invitando a los que no lo son, a unirse.

Pero no son solamente estos anuncios que vemos en las calles los que ha generado que la gente siga acercándose a sus librerías. Es toda una estrategia que consta de un sinfín de tácticas: página de Internet, comercio electrónico, presencia muy activa en redes sociales, ahora utilizando Periscope justamente para transmitir algunas de las actividades de la celebración de aniversario, recientemente campañas en video como Sigue Leyendo o Un Libro te Espera, máquinas expendedoras de libros, su revista mensual Lee+, campañas BTL (Below the Line que le llaman) por demás creativas en cines o en la calle, su propio lector de libros electrónicos (Enos), su programa de cliente frecuente Página 1, certificados de regalo, servicio de apartado, alianza con Ticket Master para venta de boletos, alianzas de contenido con Samsung, así como acuerdos de distribución y venta con tiendas de autoservicio (WalMart) y departamentales (El Palacio de Hierro), son algunos de los muchos ejemplos de acciones que buscan, de manera primordial, promover la lectura y la cultura, el hacer que la gente se tropiece con los libros, generarles la curiosidad de conocer más y dando un excelente servicio a cliente.  

Es bien sabido que la tendencia apunta a que los libros electrónicos ganen terreno contra los impresos, aunque en México, estamos muy lejos todavía; se reporta que apenas el 1% de los lectores, lo hacen ya con este tipo de dispositivos; en Estados Unidos es ya el 23% pero aún existen grandes cadenas de librerías como Barnes & Noble que ofrecen el libro físico. Lo importante en este sentido es, seguir creando lectores.

Así es que, todo indica que Librerías Gandhi continuará innovando y adaptándose a los tiempos, promoviendo de manera divertida la lectura, la cultura y generando espacios para encontrarnos con libros y autores. Seguramente Don Mauricio estará viendo todo esto desde algún lugar, acompañado de sus autores y personajes favoritos.... como el mismísimo Mahatma...

Y colorín colorado, la historia de Gandhi aún no ha acabado...