En un lugar del D.F. de cuyo
nombre sí quiero acordarme (Coyoacán), un ingenioso hidalgo comenzó, en 1961, a luchar contra distintos molinos, como aquellas editoriales que no
querían dar un mejor precio o contra la censura de aquellos años en la que
algunos autores estaban prohibidos, pero principalmente contra la apatía y el
desinterés de los mexicanos por leer.
Mauricio Achar, de familia
proveniente de Siria y quien se autodenominaba como un soñador, comenzó su
negocio en la calle de Miguel Ángel de Quevedo, en un local de 120 metros
cuadrados al cual pensó nombrar como “El Quijote”, pero justo en ese momento
leía la biografía de Mahatma Gandhi y prefirió ponerle el apellido de aquel
indio defensor de los derechos humanos.
El objetivo principal era el de
acercar los libros a las personas y por ello, los colocó en mesas, cuestión que
hoy en día es muy normal, pero que en aquel entonces era algo fuera de lo
común, pues las librerías se manejaban como carnicerías o farmacias: llegabas,
pedías un libro, si estaba te lo daban, lo pagabas y te llevabas, si no estaba,
te ibas, inmediatamente.
Sin duda, Gandhi, fue la primer
librería “moderna” en nuestro país, que “sacó los libros” para que los lectores
pudieran tocarlos, ver sus portadas de cerca, leer sus contraportadas, olerlos y
sentirlos, antes de comprarlos, creando al mismo tiempo, un espacio para
convivir tanto con ellos como con las personas, un espacio para “perder el
tiempo” de la mejor manera posible.
Esto permitía perderle el miedo a
las librerías, desacralizarlas, desmitificarlas, quitarles la sobriedad y
ponerlos al alcance de los lectores.
Del 27 de julio al 2 de agosto, Librerías
Gandhi celebra 44 años de su fundación con distintas actividades,
periodo en el cual, ha podido establecerse en nuestro país de manera sólida,
aún con números nada alentadores (2.5 libros al año por habitante; 600
librerías registradas, cuando en Argentina y en España, con menos de la mitad
de población cuentan con 2,000 y 4,000 respectivamente), llegando a 31 tiendas,
ubicadas en 13 estados de la República Mexicana, permitiendo que su
característico color amarillo y morado se expandan cada día más.
Este éxito se debe, en gran
medida, a las acciones que han implementado desde hace algunos
años, encabezadas por Alberto Achar, su Director de Mercadotecnia, quien incluso contrató a una
agencia de publicidad, atreviéndose a seguir innovando en distintos terrenos,
colocando a Librerías Gandhi en el top of
mind del público, estableciendo un vínculo emocional con los lectores, mediante
una personalidad relajada, conectando y generando una experiencia única con sus
clientes.
Sus anuncios espectaculares se
han convertido ya en una especie de divertimento para los habitantes de las ciudades
donde tienen operaciones, dirigiéndose a aquellos que sí tienen el hábito de la
lectura, generando una especie de clan alrededor de ello e invitando a los que
no lo son, a unirse.
Pero no son solamente estos anuncios que vemos en las calles los que ha generado que la gente siga acercándose a sus librerías. Es toda una estrategia que consta de un sinfín de tácticas: página de Internet, comercio electrónico, presencia muy activa en redes sociales, ahora utilizando Periscope justamente para transmitir algunas de las actividades de la celebración de aniversario, recientemente campañas en video como Sigue Leyendo o Un Libro te Espera, máquinas expendedoras de libros, su revista mensual Lee+, campañas BTL (Below the Line que le llaman) por demás creativas en cines o en la calle, su propio lector de libros electrónicos (Enos), su programa de cliente frecuente Página 1, certificados de regalo, servicio de apartado, alianza con Ticket Master para venta de boletos, alianzas de contenido con Samsung, así como acuerdos de distribución y venta con tiendas de autoservicio (WalMart) y departamentales (El Palacio de Hierro), son algunos de los muchos ejemplos de acciones que buscan, de manera primordial, promover la lectura y la cultura, el hacer que la gente se tropiece con los libros, generarles la curiosidad de conocer más y dando un excelente servicio a cliente.
Pero no son solamente estos anuncios que vemos en las calles los que ha generado que la gente siga acercándose a sus librerías. Es toda una estrategia que consta de un sinfín de tácticas: página de Internet, comercio electrónico, presencia muy activa en redes sociales, ahora utilizando Periscope justamente para transmitir algunas de las actividades de la celebración de aniversario, recientemente campañas en video como Sigue Leyendo o Un Libro te Espera, máquinas expendedoras de libros, su revista mensual Lee+, campañas BTL (Below the Line que le llaman) por demás creativas en cines o en la calle, su propio lector de libros electrónicos (Enos), su programa de cliente frecuente Página 1, certificados de regalo, servicio de apartado, alianza con Ticket Master para venta de boletos, alianzas de contenido con Samsung, así como acuerdos de distribución y venta con tiendas de autoservicio (WalMart) y departamentales (El Palacio de Hierro), son algunos de los muchos ejemplos de acciones que buscan, de manera primordial, promover la lectura y la cultura, el hacer que la gente se tropiece con los libros, generarles la curiosidad de conocer más y dando un excelente servicio a cliente.
Es bien sabido que la tendencia
apunta a que los libros electrónicos ganen terreno contra los impresos, aunque
en México, estamos muy lejos todavía; se reporta que apenas el 1% de los
lectores, lo hacen ya con este tipo de dispositivos; en Estados Unidos es ya el
23% pero aún existen grandes cadenas de librerías como Barnes & Noble que
ofrecen el libro físico. Lo importante en este sentido es, seguir creando
lectores.
Y colorín colorado, la historia de Gandhi aún no ha acabado...









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