domingo, 10 de febrero de 2019

Green Book, funciona gracias a los contrastes

Va mi reseña:
GREEN BOOK
*SPOILER ALERT*

Luego de realizar películas de comedia burda en los años noventas, algunas de las cuales son ya clásicas del cine norteamericano como There's Something About Mary, Dumb and Dumber y Me, Myself and Irene, mismas que catapultaron a actores como Jim Carrey, Owen Wilson o Ben Stiller, el director Peter Farrelly sorprendentemente incursiona en una comedia más "seria" y reflexica con un trasfondo más ideológico. 

Basada en hechos reales, Anthony Vallelonga, conocido como Tony Lip, un norteamericano caucásico de origen italiano, represtante de la clase trabajadora norteamericana y con prejuicios hacia los integrantes de la minoría de raza negra, es despedido del centro nocturno donde trabajaba como miembro de seguridad. Luego de una entrevista por demás sui-generis, es contratado por Don Shirley, un doctor en música de origen afroamericano quien busca un chofer y asistente para su gira que tocará varias ciudades del sur profundo de los Estados Unidos. 

Una road-movie que busca reflejar la diferencia que existía en aquellos años sesentas, entre los estados del norte y los del sur americano en los que la discriminación racial hacia los afroamericanos estaba cargada de violencia psicológica y física. 

El recurso que funciona mejor es la utilización de contrastes en varios momentos y situaciones que ayudan a plantear su línea discursiva:

Además del contraste evidente racial y cultural entre los dos personajes principales, Farrelly intercambia los papeles que han sido ya clichés, del personaje blanco refinado y el afroamericano ignorante para plantearlo totalmente al revés y utiliza varios contrastes para llevar su historia. 

Se contrasta la vida de Tony Lip, que vive en un barrio popular de Nueva York, en un pequeño departamento y rodeado de su familia nuclear y su familia política, con la vida del pianista que tiene su casa en un departamento por demás lujoso ubicado en la parte alta del icónico Carnegie Hall. 

El refinamiento del pianista, producto de sus estudios y viajes, resalta ante la ignorancia del chofer quién prácticamente no conocía otra cosa que su barrio. Esto se evidencia con el lenguaje que ambos personajes utilizan, así como la misma entonación y palabras con las que se expresan. 

Otro contraste que se puede percibir en la cinta es la manera que tienen los dos personajes principales para resolver las cosas: Tony lo hace prácticamente siempres a través de la fueraza y de su capacidad para convencer usando algunas mentiras o verdades a medias, mientras que Shirley lo hace usando la razón y la verdad 

Pero el principal contraste y el más eficaz es el musical. La música juega un papel fundamental en Green Book, no solamente porque uno de los personajes es precisaente un músico profesional, sino por la manera en que el director contrapuntea la música popular de aquellos tiempos con música mucho más refinada. La solución que se utiliza es bastante efectiva, ya que durante los trayectos de una ciudad a otra en la que la pareja cruza las carreteras, en la radio se escuchan artistas como Aretha Franklin, Little Richard, Frankie Valli, Chubby Checkers o Frank Sinatra y durante los conciertos, el trio ejecuta piezas de Claude Debussy, Eric Satié o del mismo Don Shirley. 

Digno de mencionar es el gran trabajo del compositor afroamericano, Kris Bowers que creó piezas originales de gran calidad y emotividad que acompañán las escenas de una manera bastante orgánica, que  se combinan con la gran selección musical que se escucha durante toda el film.

Con un final un tanto moralino y tradicional, la película funciona bastante bien gracias al ritmo que le imprime el director y editor (Patrick J. Don Vito, quén está nominado al Óscar), notándose el empaque que Farrelly ha adquirido en sus ya más de veinte años de carrera, mezclando capítulos que hacen brotar la risa en los espectadores, con pasajes emotivos que provocan a su vez, una reflexión. 

Tanto Viggo Mortenssen como Mahershala Ali entregan actuaciones bastante convincentes (un tanto exageradas por momentos), logrando una química interesante que tambíen contribuye a redondear la cinta. 

Al final del viaje, ambos personajes sufren cambios en sus perspectivas de vida, muy al estilo hollywoodense, sensibilizándolos para que respeten y valoren a las personas que son distintas a ellos.

Vale la pena mencionar que el hijo de Tony Vallelonga, Nick, participó en la creación del guión y varios integrantes de la familia Vallelonga son realmente los que aparecen como familiares de Tony y Dolores. 


Farrelly es el director de Fever Pitch, una cinta protagonizada por Drew Barrimore y Jimmy Fallon que guarda un lugar muy especial para los que somos aficionados al beisbol y especialmente a los Red Sox de Boston.

No hay comentarios:

Publicar un comentario